Barcelona Energía, contra los oligopolios energéticos. En el link, la inscripción a Barcelona Energía.
La acción, más significativa que otra cosa, empezaba a tomar dimensiones reales el 1 de julio. El Ayuntamiento prescindía de los servicios de Endesa y se pasaba a Energía Pública. Lo dicho: acción significativa y sin precedentes nacionales. Se conseguía así una elogiada independencia y una mínima reducción en el gasto público (ahorro de 710 mil euros con respecto a los 34 millones anuales que se gastaron en el curso pasado).
Este cambio de paradigma implicaba el autoabastecimiento municipal. Es decir, Barcelona Energía nutre a todos los edificios públicos, semáforos, alumbrados, equipamientos y cualquier enser público que requiera de un amperio. Hecho que eleva a Barcelona Energía a la categoría de mayor operador público de energía renovable de España.
Porque esa es otra, el objetivo del Ayuntamiento no es sólo la independencia energética. También lo es alcanzar la responsabilidad en las formas. “Potenciar autoconsumo, generación de proximidad y la energía 100% renovable”, eso es lo que pone en la web de Barcelona Energía.
La razón de la existencia de esta noticia reposa en que ya se ha abierto el plazo para que las casas de particulares dejen de depender de Endesa y de Fenosa. El plazo se abrió ayer, estará abierto hasta el 31 de diciembre y se materializará en 2019.
El Ayuntamiento se ha comprometido a dar energía a 20 mil casas del Área Metropolitana de Barcelona. ¿Por qué 20 mil? Porque Barcelona Energía es un ente público y la legislación dice que no puede tener más de un 20% de clientes privados. En ese punto, en caso de que se cubra el cupo y suponiendo que el Ayuntamiento quisiera ampliar el número de hogares, Barcelona Energía debería firmar más contratos públicos (con Ayuntamientos metropolitanos, por ejemplo).
El criterio que empleará el Ayuntamiento para escoger a unos hogares o a otros es el siguiente: que tengan una potencia inferior a 15 kilovatios (una muestra de que la atención está puesta en personas con dificultades económicas). En el caso de que haya más de 20 mil propuestas, el criterio será el orden de inscripción.
En cuanto al precio del servicio, también se ha pronunciado Eloi Badia, concejal de Presidencia, Agua y Energia: “No competiremos en precio, sino en valores”. ¿Qué valores?, es la pregunta lógica que le sigue. Pues algo tan sencillo como no buscar el beneficio de la empresa, sino el del contratante.