El Ayuntamiento de Ada Colau ha decidido poner veto a la proliferación de las casas de apuestas y negocios similares. Durante un año no podrán abrirse salones recreativos de este tipo ni tampoco ampliar ninguno de los 53 ya existentes en la ciudad, aunque el objetivo es convertir esa norma en permanente.
El objetivo, claro, es evitar la adicción al juego, sobre todo entre los más jóvenes, que tienen hoy más fácil que nunca el acceso a este tipo de actividades.
Janet Sanz, teniente alcalde de Urbanismo, afirma que «53 locales son muchos. El objetivo es que no haya ni uno más y que haya menos». También pretende hacerse un poco más estrictos los preceptos en relación a la distancia que este tipo de negocios deben mantener respecto de colegios o centros médicos, que en la actualidad es un mínimo de 100 metros, para así «cerrar algunos de los que estén en zonas de riesgo», que además se dan con mayor densidad en barrios de un nivel socioeconómico bajo.
Es cierto que Barcelona no ha experimentado la proliferación de este tipo de salas juego que sí han experimentado otras ciudades como Madrid, donde los locales de juego aumentaron de 47 en 2013 a 190 en 2018, un 300% en cinco años. Sin embargo, según Sanz, Barcelona sí es la primera ciudad española en decretar la suspensión de licencias para estrechar el cerco a este negocio.
Aunque entre los más jóvenes el peligro está más en internet que en las casas de apuestas físicas. Según datos citados por Gemma Tarafa, concejala de Salud, los menores de 12 a 17 años son entre dos y cuatro veces más vulnerables a contraer un trastorno por el juego a través de internet. Es por esto que, aunque tan solo se trate de su radio de acción, el gobierno local cortará el acceso a webs de apuestas en las oficinas municipales, dependencias de acceso al público y bibliotecas, algo que opera en algunas.
Tampoco permitirá entras en este tipo de webs desde ordenadores de empresas contratadas por el Ayuntamiento que presten servicios a la ciudadanía o entidades que reciban subvenciones. Y de la misma manera veta toda publicidad que promocione el juego en el transporte público y en los espacios públicos de los que sea propietaria la municipalidad.