Barcelona, la Rosa de fuego convierte a los jugadores en burgueses que tendrán que equilibrar su prestigio social y el contento de la clase trabajadora en un período histórico nada sencillo: de 1860 a 1930.
A finales del siglo XIX y principios del XX, Barcelona era una ciudad marcada por el crecimiento económico y urbanístico pero también por el descontento de la clase trabajadora. De ahí que, con motivo de las revueltas ocasionadas durante la Semana Trágica (1909), se la conociera a nivel inernacional como la Rosa de Fuego. Este poético mote es el que han escogido dos creadores italianos —Marco Maggi y Francesco Nepitello—para recrear la convulsa historia de la ciudad condal desde 1860 a 1930 a través de un juego de mesa.
Barcelona, la Rosa de fuego ha sido presentado bajo el sello de Devir y convierte al jugador en un acaudalado burgués que tendrá que luchar por mantener su prestigio social. El objetivo es finalizar la construcción del Eixample y evitar que estalle la revuelta social en un marco de especulación, pobreza y descontento. Las partidas duran de 70 a 90 minutos y dan a conocer una Barcelona intensa, revolucionaria, modernista y con mucha historia que contar.