Y es la única ciudad española que integra la lista.
Las pendientes son relativamente suaves, la temperatura (en comparación con otras ciudades) es agradable durante todo el año y la orografía no es excesivamente abrupta. A priori y en base a esas tres razones, Barcelona podría ser presentada como una ciudad óptima para el ciclismo urbano. No en vano, The Copenhagenize Index lo considera así, aunque las razones que aducen son distintas.
Hasta 13 son las razones o parámetros a partir de los que la consultora de diseño urbano Copenhagenize Design Company elabora su lista de ciudades “bike-friendly”. Algunas del as razones son la infraestructura para bicicletas, la restricción de vehículos privados o los programas de uso compartido de la bici. En relación a lo que sería la perfección, Barcelona alcanza el 57,4%.
En el caso concreto del carril bici, Barcelona ha progresado bastante en los últimos años. Al principio de la legislatura de Ada Colau, Barcelona tenía 116 kilómetros y en septiembre de 2018, la ciudad ya había llegado a los 200.
El ranking (de solo 20 ciudades) se lleva elaborando desde 2011 y en todos esos años Barcelona ha estado presente. Aunque este año ha descendido un puesto. El ranking lo encabezan Copenhage (90,2%), Amsterdam (89,3%) y Utrecht (8,4).