Tan pronto como se levantó el toque de queda las calles de Barcelona se inundaron de gente bebiendo en la calle ante la imposibilidad de hacerlo en locales todavía cerrados de madrugada. Desde el Ayuntamiento de Barcelona se ve en la reapertura del ocio nocturno una forma de controlar una dinámica de botellones y fiestas en la calle que parece fuera de control.
El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, considera que el hecho de que los locales de ocio nocturno estén cerrados genera «presión sobre el espacio público» a pesar de que «la pandemia no ha terminado».
Debe ser el Ministerio de Sanidad quien decida cuándo se reabrirán los locales de ocio nocturno después de que una orden ministerial pausara su actividad en toda España. Por su parte, desde el Procicat ya tienen todo el protocolo de reapertura listo para cuando los datos epidemiológicos y el ministerio lo permita.
Pese al abarrotamiento de playas y demás espacios al aire libre de la ciudad, el teniente alcalde ha defendido que cerrar estas zonas públicas al servicio de todos no es una opción a contemplar. «No podemos cerrar espacios que son de todos porque hay riesgo de concentración» , ha explicado.
Fotos: Pau de la Calle / NurPhoto / NurPhoto via AFP