
¿Una tendencia? ¿O una excepción? El Institut Nacional d’Estadístic de Catalunya (IDESCAT) ha publicado un informe sobre movimientos migratorios en la ciudad que revela una realidad: los barceloneses se van de Barcelona.
Y no sólo de Barcelona. La capital catalana ha perdido, junto a Badalona y L’Hospitalet 13.599 habitantes que se trasladaron en 2022 hacia municipios más pequeños (eso sí, bien conectados con el área metropolitana) de comarcas cercanas como el el Vallès Oriental, el Baix Penedès, el Maresme y el Garraf.
De las tres ciudades principales, Barcelona es el municipio con más salidas (10.079 personas), pero esta tendencia no es ninguna novedad. Barcelona es una ciudad que «expulsa» a sus habitantes y, desde el 2011, la tendencia de los barceloneses a buscar residencia fuera de la ciudad (pero dentro de Catalunya), crece, con picos durante los años de pandemia, con casi 20.000 personas huyendo de la ciudad en 2020.
Por otra parte, 5.800 personas han marchado de Catalunya para irse a España, y la mayoría se ha ido a vivir en Andalucía, el País Valencià y la Comunidad de Madrid.
Pel que fa als moviments dins l’Estat, ha marxat més població de Catalunya que no n’ha arribat d’altres territoris. La diferència és de més de 5.800 persones, i la majoria han marxat a viure a Andalusia, el País Valencià i la Comunitat de Madrid.
En una entrevista a «Els matins de TV3» Albert Esteve, director del Idescat, afirmaba que estos movimientos son minoritarios, y que la tendencia es a la concentración en las ciudades: «El volumen de movimientos que hay entre municipios de Cataluña es relativamente bajo, el 96% o 97% de la población no se ha movido de casa entre 2022 y 2023.»
Más llegada de migrantes que nunca
Esas 10.000 personas que han salido de Barcelona apenas afectan a la población de Barcelona por otro hecho más llamativo: las 55.386 personas que han llegado de fuera de España para instalarse en Barcelona, y que dejan un saldo migratorio positivo de 45.858 nuevos habitantes en la ciudad.
Este dato sí es una novedad respecto a años anteriores. En 2021 (7.859) y 2020 (204) el número fue inusualmente bajo a causa de la pandemia, pero en los años anteriores jamás se habían superado las 39.000 personas llegadas a Barcelona en un año.
Desde el IDESCAT hacen estudios cuantitativos y no cualitativos, por lo que no se sabe cuál es el motivo de este aumento drástico de llegadas, aunque se sospecha que puede tener que ver con el tapón que se generó, justamente, durante la pandemia.