Será en formato virtual, tendrá paridad con el euro y tiene como objetivo fomentar el negocio local.
Barcelona tendrá su propia moneda local, o al menos, ese es el objetivo que el Ayuntamiento pretende alcanzar de cara a los próximos años. El proyecto comenzará en enero del próximo año con una prueba piloto en el Eix Besòs (Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí) y si sale bien, se extenderá al resto de la ciudad en 2019.
Será en formato virtual y tiene un carácter social, ya que busca apoyar el comercio de proximidad y fomentar que la riqueza y el empleo se queden en la ciudad. Aún no se sabe si se podrán conceder subvenciones, microcréditos o incluso pagar salarios con la nueva moneda, como proponía el programa político de En Comú Podem.
En un principio, este proyecto no contaba con el beneplácito del Banco de España por resultar «imposible e indeseable» pero una ayuda de 4,85 millones de euros englobada en el programa europeo Urban Innovative Action sobre renta municipal de inclusión. Este analiza los efectos de la pobreza en diversos tipos de servicios y soportes económicos, como la moneda local.
La propuesta de crear una moneda propia no es nueva en Europa. Algunos ejemplos interesantes tienen lugar en Bristol (la Bristol Pound), Toulouse (la Sol-Violette) o Nantes (la SoNantes).