El objetivo no es otro que devolver el espacio público a sus ciudadanos, limitando la injerencia de la norma escrita.
Aún no se sabe muy bien cuántos carteles hay exactamente repartidos por la ciudad, ni cuándo exactamente planea el Ayuntamiento empezar a retirarlo. Lo que sí parece claro es que el gobierno de Ada Colau pretende descriminalizar el uso del espacio público, según informaba eldiario.es.
La razón de que aún no haya censo se debe a que los carteles los colocan los distritos, y, a pesar de la voluntad de retirarlos expresada por la alcaldesa, habría aún que modificar la normativa municipal que estipula que jugar a la pelota en la calle puede llegar a ser sancionado con multa de hasta 750 euros.
El objetivo es buscar un equilibrio en ese terreno que un día ocuparon niños corriendo dando patadas a un balón y que hoy se reparten terrazas y tráfico principalmente.
No será fácil, obviamente. Los juegos de pelota siempre generan fricción entre quienes quieren jugar y quienes quieren evitarlos porque entorpecen su negocio o molestan en su vecindario. Lo que el Ayuntamiento parece tener claro es que no se trata de una norma que deba explicitar un cartel, más aún tratando de una prohibición que tan solo generó una multa el pasado año.