Será imaginaria, sí, como las novelas en las que se inspira. Y se llamará Línea K, en referencia, no al protagonista de El Proceso, sino a la empresa que financia la iniciativa: Kindle.
Y es que no es casualidad hacer converger estos dos conceptos: literatura y metro. Ante las escenas relativamente frecuentes o habituales (el gamberro que fuma en tu vagón, el balcánico que interpreta Despacito añadiéndole matices personales, los adolescentes que llevan todo lo necesario para el botellón), destaca la del lector. Destaca esa o ese bibliófilo (o no) que trata de sobreponerse al alboroto general para enterarse de lo que tiene entre sus manos.
Así pues, este vagón imaginario cruzará, como el tren amarillo de Cien años de soledad, los raíles no conectados de El coll i la Teixonera, de Diagonal, de Fontana, de Bellvitge, de Espanya, de Paral·lel, de Liceu, de Jaume I, de la Barceloneta y de Llacuna.
Como parte de este acuerdo entre Kindle y TMB, cada estación tendrá carteles explicativos para conocer la historia literaria de cada zona.
Inspirados en Barcelona Metro Literaria, libro del periodista y escritor Raúl Montilla, cada estación recogerá algunos de los episodios literarios que las han caracterizado. Por ejemplo: Fontana es Territorio Rodoreda; Paral·lel, Barcelona canalla; Espanya, la montaña de los prodigios; Barceloneta, Don Quijote, el mar y la tragedia. Sinestesia literaria, en suma.
Barcelona Metro Literaria, dicho en pocas palabras, sería una guía de los escenarios que han sido vistos y contados por Dan Brown, Orwell, Mercé Rodoreda, Carlos Zanón o Eduardo Mendoza. Y para conocer más a fondo el patrimonio literario de la ciudad, se podrá descargar gratis a través de la app de Kindle el libro de Raúl Montilla.