Llega el buen tiempo y con él el anuncio de que las playas volverán a tener aforo controlado. El objetivo será garantizar que se respete la distancia de seguridad recomendada y para ello el Ayuntamiento instalará un sistema de semáforos como el del año pasado. Los tres colores indicarán el nivel de aforo de cada playa y además podrá consultarse en tiempo real en la página web del Consistorio.
Un equipo de «porteros» se encargará de controlar los accesos y de que se cumplan los indicadores de aforo. La señal verde indicará que la playa está por debajo del 40 por ciento de su aforo; el amarillo, entre el 40 y el 60 por ciento, por lo que se recomendará ir a otras playas; y el rojo, que supera el 80 por ciento.
Los videosensores que ya se instalaron el año pasado serán los encargados de controlar la densidad del aforo. En caso de que la ocupación fuera muy alta, la Guardia Urbana podrá cerrar los accesos a la playa en cuestión. El año pasado tuvieron que hacerlo hasta en 38 ocasiones ante la gran afluencia de bañistas.
Desde el gobierno municipal estiman que las playas de la ciudad podrán acoger a un total de 25.575 personas, teniendo en cuenta que la distancia de seguridad recomendada es de metro y medio entre grupos de personas que en Catalunya no pueden ser de más de seis personas.
Además, las pistas de voleibol que llenan las playas de la ciudad solo podrán montarse en las playas de Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Bogatell, y se podrá hacer deporte en las zonas habilitadas. También se prohibirá el uso de las zonas para el entrenamiento de calistenia de la playa de Sant Sebastià, el espigón del Gas de la playa de la Barceloneta y en el paseo de la playa de la Nova Mar Bella.