La noticia que no deja indiferente a nadie llega a finales de año.
La medida llevaba meses gestándose desde el más absoluto secretismo y ha salido a la luz con una fuerza inusitada. Como consecuencia de la contaminación, de las aglomeraciones y del déficit en las arcas del Ayuntamiento, el consistorio ha decidido poner un coto a su playa más popular.
Así lo ha hecho saber el propio Ayuntamiento con una nota de prensa: “No somos conscientes de la gravedad de la situación. Las playas urbanas están en un estado deplorable y el Ayuntamiento tiene la obligación moral, ciudadana y democrática de actuar. De cualquier modo, esta acción, lejos de parecerse a una privatización, tendrá una repercusión sin precedentes sobre las arcas de la ciudad. Según nuestras previsiones, solo en el mes de agosto se recaudará suficiente dinero como para cubrir los gastos de transporte público de todo 2020”.
Un euro por persona, ese es el precio simbólico que el equipo de Colau le ha puesto a la entrada a la playa.
En el mismo documento se afirma que, en caso de funcionar, el Ayuntamiento no descarta extender la medida al resto de las playas urbanas de la ciudad. Cosa completamente lógica (se espera el efecto cascada), aunque no exenta de polémica.
La medida ha causado un revuelo sin precedentes y desde Barcelona Secreta hemos preguntado a los vecinos de la Barceloneta. Uno de ellos ha dicho que: “Hay que ser muy INOCENTE para creerse esta noticia, ¿no veis que está escrita el 28 de diciembre? El reportero que la ha redactado es un cachondo”.
Y nosotros no podemos hacer otra cosa que no sea darle la razón.