Bravas Barcelona empezó como un blog, ahora es una cuenta de Instagram y nos encanta.
Los cánones, que existen, y los intransigentes, que también. Con respecto a muchas cosas en la vida y las patatas bravas (solamente bravas, si se quiere: ponderando el adjetivo por encima del sustantivo) no iban a ser una excepción.
Decimos que hay una forma canónica, casi dogmática de hacerlas, pero hay quienes no hacen ascos a las innovaciones y quienes se pasan la tradición por el Arc del Triomf.
Podría ser el caso de Bravas Barcelona, un blog que lleva diez años en activo probando y clasificando todo alimento que sea susceptible de llevar patata y estar epitetado (si se permite la expresión) por su condición de picante. Desde la expresión más chusca a la reconstrucción más sibarita. Así, ha clasificado 850 tipos: casi casi todas las bravas de Barcelona.
El criterio de medición es el siguiente: la patata (calidad, corte, cocción previa…), la salsa (si es suave o picante, si lleva alioli…) y la calidad global (cómo ensamblan ambos conceptos). Así, se añade precio y dirección y ya es cuando nosotros salivamos, nos ruge el estómago y buscamos cuál es el top 5 de esta página.
Porque esa es otra: su criterio. Probablemente la persona que lleva la página sea quien más sabe de bravas de toda Barcelona. Tanto es así que en su web ofrece un servicio de coaching del palo de: «dime cómo haces las bravas y te diré cómo las tienes que mejorar».
Así que dejándonos llevar por su criterio (y a pesar de que nosotros ya hicimos una lista de las mejores bravas de Barcelona) hemos hecho una lista con algunas de las que componen el top de bravas.
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