
En Barcelona los hobbys son caros y hoy en día parece que sea difícil encontrar lugares que no te saquen un ojo de la cara para cultivar tu pasión. Pero existen huecos, sótanos o, en este caso, búnkers donde algunos locos cultivan intereses e historia ajenos al mundo como en una cápsula del tiempo.
Eso es lo que hace Bunker Type, un sótano de una calle pequeña de Vallcarca donde Jesús Moretín mantiene una imprenta donde publicar como se publicaba a principios del s.XX.
El profesor escondido en un búnker
Jesús Moretín es un profesor de La Massana que tiene otra pasión: la imprenta antigua. Para cultivarla ha encontrado este local, un sótano de Vallcarca que es eso, un búnker donde esconderse para que el tiempo no pase entre herramientas para las que, justamente, no pasa el tiempo.
Bunker Type empezó con un par de máquinas hace 15 años, «como un pequeño taller con 4 herramientas y 4 alfabetos». Quince años después continúa vivo sin motivo aparente, ya que, como explica Moretín, «que la gente no imprima con este sistema es porque ni es rentable ni tiene demasiado sentido», porque, «si tienes que hacer un texto o un párrafo, y tienes que estar una hora y media y luego decides que no te queda bien porque tienes que cambiar la tipografía, pasarte hora y media para guardarlo todo y volver a empezar, no es un muy buen sistema.
Aún así, Bunker Type es eso, un refugio artístico, donde Moretín hace ahora impresiones creativas a partir de herramientas que en realidad no estaban pensadas para hacer eso. Por ejemplo, ahora han sacado un librp para niños pequeños con Òscar Dalmau, donde la estética retro es clave.
El proceso es precioso pero (o por) lento. Sobre la placa se van colocando las tipos de plomo macizo en orden, con cuidado, añadiendo piezas para marcar espacios y respetar las leyes propias de las imprentas antiguas, donde todo va despacio y una página puede tardar una hora en hacerse, para luego pasarla por el torno y que empiece a imprimir.
La imprenta no está abierta al público, porque al final es como una extensión del salón de casa de Moretín, pero para ir, hablar con él o proponerle un proyecto solo hay que escribirle y él os recibirá encantado.