
Te contamos la historia de la Calle Montcada.
En vez de otrora casas o bloques de edificios diseñados por Gaudí, palacios. En vez de El Nacional o cualquier otro tipo de construcción orientada desde su concepción a las clases altas, palacetes. En vez de el Paseo de Gràcia en 2018 (y en el siglo XX, realmente), la Calle Montcada. La calle (¿el cortijo?) de los ricos barceloneses desde el Siglo XIV y el Siglo XVIII.
Para dar cuenta de la importancia que tuvo en su día basta con comentar los dos ensanchamientos de Montcada. El buen observador habrá reparado en que al inicio y al final de la Calle Montcada (en el Born) hay dos ensanchamientos. Dos aperturas que hacen de la calle una mancuerna (formológicamente hablando), para que nos entendamos. Bien, dichos ensanchamientos fueron concebidos para que las procesiones pudiesen entrar y dar la vuelta. Entrar, pasar por debajo de la casa de los ricos, dar la vuelta y hasta luego. Si el rico no va a la procesión, que la procesión vaya al rico.
Y era necesario hacerlo así dada la estrechez de la calle. Tan estrecha es Montcada que casi puedes andar por ella con los brazos extendidos y tocando los ladrillos de cada lado.
El caso es que Montcada estuvo orientada a la alta alcurnia desde su concepción inicial. La calle se llama así por la familia Montcada, familia de la alta burguesía barcelonesa. Casta de magnates. Influyentes políticamente dado su poder económico. Fueron ellos quienes se instalaron ahí.
De esta circunstancia entendemos también que el esnobismo no es cosa del siglo XX o XXI: todos los que ataban perros con longanizas siguieron la estela de los Montcada y se pusieron su palacete en dicha calle. Por ejemplo y que sigan en pie: el Palau Berenguer de Aguilar, el Palau Baró de Castellet, el Palau Meca, el Palau Mauri o el Palau Finestres son ejemplos de ello.
De hecho, el Museo Picasso, que está en Montcada, propone o permite la visita guiada por estos palacios. También explican la historia de la calle.
Otro honor popular, etéreo y colectivo que ha recibido es el de núcleo de arquitectura civil. Lo cual vendría a decir que Montcada es casi una sinécdoque visual del Barrio Gótico: aquí hay grandes ejemplos de arquitectura gótica, barroca y románica.
Una calle, en suma, de la que se puede decir que si hubiera existido el Monopoly en el Siglo XV hubiera sido (sin ningún asomo de duda, además) la más cara del tablero.