Ni es una derivación de Rosa nombre de persona, de rosa nombre de flor, de rosa color, tampoco de piedra rossetta: el origen del nombre de Carrer del Rosselló viene de una comarca francesa.
Pero el origen del bautizo de la calle se remonta al 19 de diciembre de 1863, cuando, como parte del proceso de crecimiento de la ciudad (el Plan Cerdà) se antojaba necesario poner un nombre a cada calle. Ésta, en concreto, había sido concebida por Ildefonso Cerdà como la calle H.
A diferencia de otras calles cuyo nombre varía en función de los intereses políticos, éste había sido el único nombre, el protonombre, que tuvo la actual Carrer del Rosselló.
Una calle, por cierto, que se puede entender como una calle más del Eixample: larga como un día sin pan, con bares, con librerías, con una universidad incluso, que cruza la Diagonal y que atraviesa varios distritos.
Bueno, yendo al grano: Rosselló, cuya ciudad más importante es Perpiñán, es una comarca que integraba España (considerada como una comarca histórica catalana a día de hoy), ubicada concretamente en el extremo nordeste de la Península Ibérica. Ahora, en la zona sur de Francia.
Y es que Rosselló dejo de formar parte de España en 1659, cuando las monarquías españolas y francesas firmaron el Tratado de los Pirineos: básicamente un acuerdo que venía a poner fin a la guerra de los Treinta Años.
La pregunta, entonces, viene ahora, ¿qué sentido tiene poner a una calle el nombre de una comarca que pertenece a otro país?