La cervecera Moritz estrenó ayer nuevo cuartel en el número 79 de Rambla Catalunya. Casa Moritz han bautizado a este local de 300 metros cuadrados que llega 10 años después de su hermana mayor, la Fábrica Moritz (Ronda de Sant Antoni, 41).
El objetivo ha sido recrear un local donde mostrar la experiencia cervecera al desnudo, en toda su autenticidad. Por eso las paredes de ladrillo visto, los tanques de cerveza, desde donde baja directamente hasta los tiradores, o la barra de estaño, que según explicaba Carmelo Zappulla, responsable del proyecto de reforma y diseño, irá desgastándose con el tiempo, consiguiendo ese mismo efecto de originalidad.
En sus sillas, diseñadas a medida, y sus mesas, hechas a base de latas de aluminio recicladas y fundidas, se sirve cerveza fresca sin pasteurizar, las mismas que ya se servían en la Fábrica: Moritz Original, Moritz 7, Epidor, Red Ipa y Moritz Negra. Cervezas que se acompañan de una carta pensada no solo para maridarse con sus cervezas sino que también incorpora la birra como ingrediente mismo. Jordi Vilà, asesor culinario de la cervecera y chef del estrellado restaurante Alkimia, ha sido el encargardo de desarrollar esta carta.
Una carta centrada en Barcelona y en su cultura de la tapa, pero que al mismo tiempo busca cambiar la vinculación inmediata que se genera entre cerveza y tapas de freiduría o carne. «En Casa Moritz encontrarás los platos más exitosos de la Fábrica como el pollo a la Moritz», explica Vilà. «También se podrán probar las famosas flammkuchen –una suerte de pizzas alsacianas-, croquetas, patatas bravas o ensaladas rusas; los bocadillos gastronómicos; las albóndigas hechas con cerveza negra o los mejillones al vapor de Moritz 7; así como las propuestas XXL pensadas para ser compartidas».
Casa Moritz, que abrirá todos los días del año, es una nueva propuesta para los amantes de la buena cerveza y el buen tapeo en el corazón de l’Eixample.