Camino del 80 aniversario y tan necesaria como el primer día.
Los anaqueles son el presente y el pasado y el futuro está en los sacos: sacos llenos de semillas, de granos, de especias, de harinas, de legumbres de arroces. Sacos, en suma, de los que elegir la cantidad exacta que necesitas; sacos para no desperdiciar comida; sacos para mitigar el uso de plástico; sacos llenos de productos de proximidad; sacos que son propiedad de Casa Perris.
Es una buena noticia, entonces, la existencia de lugares como Casa Perris: precio ajustado y producto fresco y de proximidad. Esos tres son los ejes a partir de los que se entiende la celebración de la existencia de este tipo de tiendas. Amén, claro, de la posibilidad de acceso a productos que no se encuentran en grandes superficies.
Hablamos de Casa Perris y hablamos de una variedad de casi un millar de productos. De cosas que te enteras de que existen cuando entras en el local: garbanzo negro, harinas para hacerse el pan en casa y arroces de, literalmente, todos los colores (verde, rojo, negro).
Conscientes del mantra de renovarse o morir, Casa Perris, que abrió en 1940, sigue vivita y coleando. No en vano, el desarrollo de la tienda online está en marcha y la apuesta por las redes sociales ha sido clara y exitosa. La cuestión era esa: asumir que el avance de las tecnologías no son el enemigo, aliarse con ellas y potenciar el crecimiento.
Potenciar el crecimiento y no celebrar la subsistencia porque Casa Perris, a fin de cuentas, es la Barcelona que resiste, el triunfo del localismo ante los embistes de un mundo globalizado, la evidencia de que las modas son cíclicas y la muestra de que sí, que la compra a granel no solo es posible, sino que también es necesaria.