Como en un efecto mariposa extraño, el antojo de dulce de una cantante coreana provoca colas de clientes en una pequeña churrería del barrio Gótico de Barcelona. Son las cosas de la globalización, o lo que es lo mismo, de Instagram, donde un vídeo de 15 segundos de un churro de 50 gramos puede provocar viajes de más diez mil kilómetros para que miles de personas gasten miles de euros… en churros.
La historia es la siguiente. Hace cerca de un año y medio Jisoo, cantante del famoso grupo coreano BlackPink, le mostró, a sus 68 millones de seguidores, un vídeo en el que salía comprando y comiendo unos churros de la churrería San Román, en el número 8 de la calle Banys Nous del barrio Gótico.
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A partir de aquí, éxito inmediato: las colas delante de esta churrería se alargan de turistas coreanos que quieren reproducir la experiencia de Jisoo, comiéndose como ella unos auténticos xurros amb xocolata catalanes en pleno centro de la ciudad, en un local que poco podía imaginar cuando abrió en 1968, que sus principales clientes vendrían un día de 10 kilómetros de distancia.
No obstante Xavi Català, el dueño de esta churrería junto a Francisco Almendros, cuenta que estas colas no son novedad. Aunque solo hace seis meses que dirige esta churrería el anterior dueño, Manuel San Román (Manolo, muy conocido en el barrio), ya llevaba años acogiendo a viajeros coreanos que, Xavi no recuerda bien, cree que legaban porque la churrería San Román apareció en algún programa de tele del país asiático.
De hecho, la popularidad del local barcelonés es tan grande en Corea del Sur, que la churrería abrirá un local en Seúl gracias a unos inversores que confían en el éxito de la propuesta. Así los coreanos podrán probar los churros barceloneses más populares de Asia sin necesidad de cruzar medio mundo volando.
No lo sabemos. Dice el Larousse gastronómico que los churros vienen, originalmente de China, y de ahí a los tteokbokki coreanos (parecidos a los churros) solo hay un paso. Y de ahí a que los mismos coreanos busquen, tras un viaje de miles de kilómetros, encontrar un sabor parecido al de su casa en lugar que se ha convertido en un centro de peregrinaje, también hay solo un paso o, en este caso, un vídeo de instagram.