Hace un siglo, un grupo de ingenieros británicos se estrujaba los sesos para ver cómo mejoraban los Rolls-Royce. Por mucho avances que se introdujeran, siempre había un coche barcelonés por delante. Fundada en 1904, la marca líder del momento se llamaba Hispano Suiza y fabricaba sus automóviles en la ciudad de Barcelona.
Tal y como se relata en betevé, en la fábrica de Hispano Suiza se producían coches de lujo y competitivos, además de motores para la aviación. Las instalaciones de la marca se encontraban en La Sagrera, un punto clave del sector industrial del país, donde también se fabricaban camiones y autobuses de Pegaso.
El fin de la marca líder se fraguó con la llegada de la Dictadura. El régimen encomendó al ejército la fabricación de vehículos, lo que perjudicó a las empresas automovilísticas. Pero, según la misma información de Betevé, la puntilla se la dio el Instituto Nacional de Autogestión (ENASA). Un organismo creado en 1946 por el Instituto Nacional de Industria (INI) que nacionalizó Hispano Suiza y transfirió la producción a Barajas, en Madrid. La marca acabó arruinada, pero siempre se podrá decir que estuvo por delante de los Rolls. De hecho, aún conserva admiradores y coleccionistas que pasean con orgullo los pocos coches que quedan de Hispano Suiza en pleno siglo XXI.