El norte de Europa recibirá, a finales de este mismo mes, la llegada de las noches polares. El ritmo de los días se va preparando para le llegada del solsticio de invierno, el 21 de diciembre, momento en el que el sol alcanza su punto más bajo con respecto al horizonte.
Qué son las noches polares
Cada vez más lejos de calentarnos, en estos días fríos el sol nos cae más directo sobre la mirada, que difuso y en picado desde arriba. El son de invierno nos alumbra desde lejos sin procurarnos calor como en verano. Y cuando hace mucho frío decimos que «hace un frío polar», porque de algo sabemos que el frío viene del norte, del polo más alto de la Tierra con respecto al horizonte.
Y el horizonte que, como sabemos, necesita de una perspectiva, no es el mismo para todos. La primera parada de la noche polar será este sábado en Nordkinn, Noruega, la cabeza situada en el punto geográfico más al norte del continente europeo, a 71º de latitud, por encima del círculo polar Ártico. Aquí, a partir de pasado mañana, se sucederán 63 días sin ver el sol, 63 noches polares.
Pero en las noches polares la oscuridad no es absoluta durante toda la jornada. Incluso en el Cabo del Norte, las jornadas disfrutan unas horas de lo que se conoce como el «crepúsculo civil», producido por la refracción del sol. La luz que produce este momento sería como la que nosotras tenemos aquí nada más ponerse el sol. Una determinada claridad que permite realizar actividades cotidianas con relativa normalidad (para nosotros, porque para allí arriba la normalidad es completa).
Este 19 de noviembre a las 10:24 h. saldrá el sol y se pondrá por última vez sesenta minutos más tarde, a las 11:24 h. Una hora de sol como despedida hasta ya entrado el año que viene.
Por qué los días son más cortos en invierno
El día 20 de noviembre, el cabo Nordkinn ya entrará en ángulo negativo, lo que significa que a este punto de la Tierra, el sol le quedará escondido, por debajo de su línea de tierra. Más de dos meses de oscuridad constante y casi absoluta, cuando este sábado el sol alcance los 5º por debajo del horizonte.
El sol, tan pegado al horizonte, produce vibraciones que, aunque parezcan insignificantes, son las que hacen que aumenten o disminuyan las horas del día.
Este cambio es progresivo y de ritmo y resultado diferente para cada punto del globo terráqueo. Si mañana en Noruega estarán a punto de haber perdido una hora de sol más (la definitiva), en Tarifa, el punto más meridional de Europa continental, se habrá perdido un minuto y medio. En Barcelona sólo se habrán perdido dos minutos.
En enero, Noruega sufrirá el fenómeno inverso: el 22 de enero, verá por primera vez el sol durante casi una hora, después de dos meses de oscuridad. Y el día 31 , aunque con un sol solo a 2º de altura con respecto al horizonte, habrán alcanzado las 4 horas de luz.