Así ha sido premiada por la Red Europea de Turismo Cultural.
La Cripta de la Colonia Güell es un poco como ese temazo que se encuentra en un álbum de inéditos. Apelas al cantante o a la banda y piensas: ¿cómo es posible que descartaras semejante canción de tu disco?, ¿cómo es posible que sólo el paso del tiempo te haya convencido de que esa canción no puede estar abandonada en un disco duro?
La metáfora se entiende si se sabe que la cripta fue el banco de pruebas de Gaudí. O eso es lo que se dice. Se dice que la Cripta Güell es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí. Pero también que aquí experimentó. Que en este éter se le ocurrieron las ideas que luego aplicaría sobre la Sagrada Familia. Se dice, incluso, que es una maqueta de la Sagrada Familia a escala 1:4.
De ahí que no sorprenda que haya sido premiada por la Red Europea de Turismo Cultural. Hace ya unos días que se llevó el primer premio en la categoría de mejor Patrimonio Cultural a nivel europeo. ¿Por qué? O, mejor dicho ¿con qué fin? El de mejorar la visibilidad: retirar el foco de la Sagrada Familia, de la Casa Batlló y ponerlo sobre la cripta y decir “¡Eh! Mirad aquí”.
En un sentido más descriptivo o informativo, la Cripta de Gaudí se puede y se debe entender como una extensión de la Colonia Güell. Fue construida entre 1898 y 1914 y cumplía la función de edificio religioso del que hacían uso los trabajadores de Eusebi Güell.
La construcción, por cierto, está en Santa Coloma de Cervelló y desde 2005 se le considera Patrimonio de la Humanidad.