Después de 15 largos meses de restricciones por la pandemia, el turismo vuelve a Barcelona de manera progresiva. Prueba de ello ha sido la llegada del primer crucero al puerto de la ciudad. Conocido como la Grandiosa, el navío desembarcó el pasado sábado 26 de junio a las seis de la mañana procedente de La Valleta, en Malta.
Según informó La Vanguardia, el crucero de la compañía MSC llevaba a bordo a casi 2.000 personas, la mayoría de origen italiano. La última ocasión en la que la Grandiosa visitó el puerto de Barcelona fue el 12 de marzo de 2020. Es precisamente ese mes de marzo el último en el que se pudieron ver cruceros comerciales en Barcelona.
Desde entonces, algunos buques han pasado por el puerto para repostar o conseguir víveres, pero nunca con el fin de transportar a turistas. Ahora los visitantes vuelven a desembarcar en la Ciudad Condal, pero todavía con algunas restricciones. Los que decidan bajar del barco para visitar Barcelona deberán hacerlo en grupos burbuja limitando los contactos en tierra.
No se trata de la única limitación para los cruceros. Las pruebas de antígenos son de obligado cumplimiento antes de embarcar y durante el viaje, tanto para los clientes como para la tripulación, que estará totalmente vacunada. Además, los barcos no podrán superar el 70% de su capacidad con el fin de evitar grandes aglomeraciones.