No se entiende Sant Joan sin nuestras cocas.
No se entiende Sant Joan sin fogatas. No se entiende Sant Joan sin verbenas. Y por supuesto, no se entiende Sant Joan sin nuestras típicas cocas. Estas son algunas de las curiosidades de uno de los dulces más típicos (y más ricos) de estos días.
1. La etimología
Lo primero que hay que explicar para evitar la broma fácil es de dónde proviene su nombre para evitar el chiste fácil. Esta coca proviene de ‘kok‘, una palabra holandesa que significa pastel. De hecho, de ahí derivan también la inglesa ‘cake’ y la alemana ‘Kuchen’. En definitiva, que la coca de Sant Joan es simplemente el pastel de Sant Joan. Podrá parecer simple, pero el nombre no puede estar mejor puesto.
2. Fechas
Aunque cuesta fecharlas, las primeras cocas de las que se tienen conocimiento se elaboraron sobre 1860 y para 1900 ya no se podía concebir Sant Joan sin ellas. Por el estómago es fácil conquistarnos.
3. De esos barros…
Su forma tradicional era redonda y con un agujero en el centro. Vamos, parecían más un donut gigante que las cocas a las que estamos acostumbrados hoy en día. Se hacían de esta forma para representar el sol en el día más largo de año.
4. Estos lodos
Ahora la cosa ha cambiado y su forma actual (más o menos el doble de largo que de ancho) tiene relación con la duración del día y la noche de Sant Joan.
5. La guita
Se estima que durante Sant Joan se pueden llegar a vender hasta 1,6 millones de ellas. Algo así como una coca por cada cuatro catalanes de media.
6. La exclusividad
En España existen otras variantes, como la coca de Sant Joan d’Alacant (hecha con verduras y atún) o la coca bamba, dulce en forma de espiral propio de Menorca también conocido como ensaimada menorquina.