El Consistorio barcelonés ha declarado la «guerra» a la suciedad que abunda en las calles de la ciudad. Una decisión desencadenada por las quejas generalizadas tanto de vecinos como de grupos políticos, y que se aplicará a partir de ahora. Un plan que contará con una dotación de 70 millones de euros y se extenderá hasta 2023.
El objetivo de esta medida es acabar con la sensación, evidente, de abandono y actuar en 350 puntos de la ciudad, localizados en diez distritos de Barcelona. Las primeras en las que se actuará durante este mes de octubre son: Pou de la Figuera y alrededores (Ciutat Vella); el área del mercado de Sant Antoni y las calles Manso y Parlament (Eixample); la plaza Santa Madrona (Sants-Montjuïc), la zona del mercado de Les Corts (Les Corts); la plaza Sant Vicenç de Sarrià (Sarrià-Sant Gervasi); la riera de Sant Miquel y calles adyacentes (Gràcia); la plaza Pastrana (Horta-Guinardó); la plaza Roja y alrededores (Nou Barris); la plaza de la Trinitat (Sant Andeu); y la rambla del Poblenou en la confluencia con la calle Doctor Trueta (Sant Martí).
En turnos de mañana y tarde, ocho equipos se pondrán en marcha para limpiar con agua a presión en todos los puntos de la ciudad que registre problemas de malos olores. No solo en la superficie, también en el alcantarillado se han registrado problemas, por lo que se ha anunciado que se ampliará la vigilancia para evitar la proliferación de las plagas.
Más medidas podrían tomarse en el futuro, siempre que el recién creado Comité de Coordinación de Mantenimiento de la Ciudad lo estime oportuno. Este comité tendrá un papel importante en la «guerra» contra la suciedad, y se encargará de controlar los resultados de todas las medidas que se han tomado.