La cadena de grandes almacenes El Corte Inglés ha diseñado y presentado un plan de contingencia de cara a la apertura de sus tiendas. El plan extrema las precauciones. De hecho, una de ellas, la que hace referencia a la medición de la temperatura, no es una medida que se encuentre entre los requisitos exigidos por el Gobierno. Al respecto, Fasga, el sindicato, mayoritario ha dicho que las medidas “están por encima de las exigidas por los organismos oficiales”.
La medición de la temperatura se hará a cabo de cámaras termográficas (como si fueran arcos de seguridad) que estarán instalados a las puertas de los almacenes, según ha hecho saber Vozpópuli. En caso de que la persona detectada (sea empleado o cliente) supere los 37.5º se le exigirá que no acceda.
El resto de las medidas que están enfocadas a minimizar el riesgo de contagio son las siguientes: control de aforo, eliminación de la chaqueta en el uniforme masculino, test rápidos de anticuerpos a la plantilla (a todos, pero priorizando los casos sospechosos), protocolo concreto para probadores y para la devolución de productos. Además, el personal deberá usar, obligatoriamente, mascarilla y también tendrá que garantizar la distancia de seguridad. En los casos en los que no sea posible, los empleados usarán batas desechables, guantes y pantalla facial.
En principio (igual que otras grandes superficies como Fnac o MediaMarkt), El Corte Inglés no podrá abrir hasta la fase 2 de la desescalada. Es decir: en el mejor de los casos abrirían el 25 de junio.