El Hospital Infantil Vall d’Hebron inauguró la semana pasada la sala familiar más grande de Europa conn 350 metros cuadrados. Estará enfocada al descanso de los familiares de los recién nacidos hospitalizados para que estas puedan descansar durante esas largas horas y días.
Por esta sala, que ha sido bautizada como Ronald McDonald, dado que ha sido la fundación homónima quien la ha patrocinado, se espera que pasen unas 2.000 personas al año, quienes encontrarán en ahí un lugar para descansar.
Las instalaciones disponen de cocina, comedor, duchas, taquillas, acceso a Internet, salas de descanso, zona de estar con televisión, zona de lectura, sala de lactancia para las madres y un área de juegos para los familiares más pequeños de los niños ingresados.
«Para el día a día de las familias de los niños hospitalizados esta sala familiar aporta un salto decalidad en la atencióny en la mejora de su bienestar emocional; los acompañamos mejor en la estancia de su hijo en el hospital», explica Rocío Cebrián, subdirectora asistencial Quirúrgica y de Críticos de Vall d’Hebron. Un bienestar, el de los adultos, que luego se transmite a los más pequeños.