El arquitecto Jordi Darder ha diseñado un paisaje navideño que recorrerá las calles Jaume I y Ferran, desde Vía Laietana hasta las Ramblas. Se trata de la alternativa pensada en sustitución al tradicional pesebre de la Plaza de Sant Jaume, que este año no se instalará para evitar aglomeraciones.
Además de partir de una adaptación a las necesidades sanitarias actuales, la alternativa se presenta como una propuesta innovadora, multidisciplinaria y colaborativa. Por un lado, el tejido comercial, las escuelas de Barcelona, el vecindario del barrio y artistas de diferentes disciplinas, mostrarán 24 versiones de pesebres a lo largo de la calle. Además, el Ayuntamiento y la Generalitat colaboran por primera vez este año en la decoración navideña.
Por el otro, el gran pesebre que comenzará en Via Laietana y recorrerá Jaume I y Ferran hasta llegar a la Rambla. Una mula y un buey iluminarán y custodiarán la Navidad sobre la fachada del Ayuntamiento. Y la escena del nacimiento continuará con medio centenar de personajes representados en figuras luminosas que colgarán de las fachadas y de los balcones.
Más allá de esta novedad, el museo Frederic Marès expone un pesebre más tradicional que estará abierto a visitas desde el 27 de noviembre hasta el 22 de febrero. Esta versión, obra de la Asociación de Pesebristas de Barcelona, aprovecha las ruinas romanas de la ciudad como suelo de las escenas de Navidad. Al tiempo, quiere rendir homenaje al campeón olímpico barcelonés Minicio Natal Quadronio.
Por su parte, el ya clásico pesebre del Monasterio de Pedralbes no abrirá hasta el 11 de diciembre. En él, el naciomiento de Jesús estará estará representado en un gran diorama cuyas figuras son obra del escultor y pesebrista Domènec Talarn i Ribot. En otro, la obra de Monserrat Ribes y Daviu representará la Huída a Egipto.