Que «hay de todo en la viña del señor» es lo primero que pensamos al encontrarnos con esto. Sin embargo, en el fondo todas sabemos que este señor nuestro es más de enviar plagas a la viña que de otra cosa. Al contrario del el Ayuntamiento de Barcelona, que directamente cuenta con un Programa de vigilancia y control de mosquitos que trabaja para evitarlas.
Dentro de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), este departamento trabaja cada año identificando núcleos de cría donde las infecciones puedan resultar un problema de salud para la ciudadanía. Una tarea bastante compleja dada la cantidad de sumideros y de fuentes y sobre todo, por el número tan elevado de puntos de cría en lugares que son propiedad privada.
Este año, los puntos de riesgo han aumentado de 66 a 81 según la ASPB, siendo la zona más afectada por los mosquitos Horta-Guinardó, que alcanza casi un 40%, y Sants-Montjuïc donde se acumula mayor riesgo por agua estancada.
El programa despliega un dispositivo de control sobre todo de los mosquitos tigre, muy comunes en zonas urbanas. Esta especie vuela bajo, pica de día y cría en pequeños recipientes de agua estancada (hasta 200 huevos por semana una sola hombra). Además de provocar picaduras molestas, el mosquito tigre puede introducir enfermedades como el Zika, el Dengue o la Chikungunya. Por eso, el ASPB pide a los propietarios que vigilen los exteriores de sus fincas colocando, por ejemplo, maceteros y recipientes bocabajo.
Además, la ASPB colabora con el proyecto «Mosquito Alert», que funciona gracias a una app a través de la cual la ciudadanía alerta de la presencia de los mosquitos tigre y de posibles puntos de cría. Igualmente, los avisos pueden darse por teléfono o en la página de atención a la ciudadanía. También ha impulsado un Proyecto Educativo que trabaja en las escuelas generando conocimiento sobre lo que suponen los mosquitos y para generar colaboración ciudadana.