La Zona de Bajas Emisiones de Barcelona (ZBE) ha sido el ejemplo tomado para redactar la ‘Guía técnica para la implementación de Zonas de Bajas Emisiones’, un texto que busca promover y apoyar a las autoridades en el cumplimiento de restricciones que reduzcan la contaminación en los municipios donde se apliquen. El tráfico es el responsable en un 60% del CO² y en un 30% si contamos las partículas que quedan en suspensión en el aire. Saber, por tanto, que en sólo unos meses el tráfico de los vehículos más contaminantes en Barcelona se ha reducido a la mitad, es mucho más que una buena noticia.
El pasado 2020 fue el primer año para la aplicación de la ZBE y la excepcional movilidad que se dio durante este periodo con el estado de alarma, hace difícil una cuantificación del efecto atmosférico real causado por la aplicación de las medidas de reducción de tráfico. Sin embargo, lo que sí se ha podido constatar es que ha significado una caída a la mitad en la circulación de los vehículos que más contaminan.
¿Y cuáles son estos? Aquellos que no tienen la etiqueta ambiental, que han pasado de ocupar entre un 9 y un 10% en el parque circulante en enero a un 5% en diciembre. Un descenso que no empezó a notarse hasta septiembre, cuando comenzaron a aplicarse las multas, mecanismo cuya activación se había programado para abril pero que también se retrasó por la pandemia.
La Guía Técnica para la Implementación de Bajas Emisiones fue presentada el jueves en Madrid por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp) y la Dirección General de Tráfico (DGT). A partir de ella, la ZBE Rondes Barcelona será el ejemplo para las 149 ciudades que deberán aplicar medidas para frenar a la polución, según la Ley de Cambio Climático aprobada este año, por la que todos los municipios de más de 50.000 habitantes deberán haber establecido zonas de bajas emisiones para 2023.