Los vecinos de la calle Amparo, en Madrid, ya no aplauden a las 20:00h. O, no, no es del todo correcto: sí que aplauden, pero después de aplaudir, hacen un gesto de un simbolismo incontestable. Los vecinos que se asoman a lo largo de los 400 metros de calle que mide esta arteria madrileña, salen a sus balcones con fregonas y escobas y hacen, al aire, el gesto de limpiar.
El gesto, que se ha convertido en un elemento identitario de la calle, nació como una forma de saludo entre dos vecinos. Chema Fuentes y Mariano, amigos, viven ambos en la calle Amparo, pero no se podían ver. Era de noche (antes del cambio de hora), Chema no tiene balcón y ambos viven en el mismo lado de la calle. Así, Chema decidió sacar una fregona para hacerse ver.
«Es un movimiento a favor del buen rollo y el sentido del humor. Queremos defender la alegría. Yo quería que los vecinos conectásemos y nos conociésemos», dice Chema Fuentes en declaraciones a nuestras compañeras de Madrid Secreto. El gesto se extendió y el ejemplo, que ya tiene nombre propio (la Fregonada de Lavapiés), fue cundiendo entre los vecinos. Así, hasta crear lo que hoy es un efecto hipnótico.
Lavapiés todos los días después de los aplausos se produce «la fregonada» todo empezó porque Chema que vive en un extremo de la calle quería saludar a su amigo Mariano 😊😊😊 pic.twitter.com/CPLsmRyXU7
— Paty (@Paty93168077) April 5, 2020