Si hablamos de historia del ocio barcelonés hay que mencionar sí o sí El Molino. Abierto en la ciudad a finales del siglo XIX, el local situado en pleno Paral·lel ha ido evolucionando como lo ha hecho Barcelona, adaptándose a cada momento con shows que han mostrado la realidad de cada época y los gustos de los ciudadanos. Y, cual Ave Fénix, este café-concierto renace una vez más de sus cenizas, reinventándose como lo que se merece seguir siendo: un local de referencia para todos los amantes de los espectáculos de calidad con un punto de irreverencia y transgresión.
El nuevo club de jazz de la ciudad
Tras su época como referente en los shows de variedades (cuya historia te contamos más abajo), El Molino actual evoluciona: en esta nueva etapa se autodefine como un club de jazz, similar a los que triunfan en Nueva York o Londres.
El jazz es su esencia, lo que no impide que converja con géneros amigos que van del soul al blues, pasando por la bossa nova, el funk o la música más autoral. La idea es quitarle al jazz esa pátina de exclusividad y snobismo y reinvindicarlo como lo que realmente es desde sus inicios: un estilo de música popular y que se disfruta de cerca.
Y El Molino se antoja como el local perfecto para este concepto: con la última reforma su aforo pasa a ser de poco más de 200 localidades, distribuidas entre butacas y mesas con sillas. Esto proporciona a los artistas toda la proximidad posible para llegar a su público acorde a acorde, para convertir cada concierto de este local en toda una experiencia íntima que hace olvidar por un rato el bullicio de la gran ciudad.
Visitar El Molino es entrar en un remanso de paz, en un sitio donde puedes hablar con tu acompañante en voz baja antes de que empiece el show, donde los espectáculos se disfrutan sin estar pegados al móvil. Un lugar que nos evoca al pasado (a lo bueno de este), disfrutando de la música mientras el personal te sirve tu cóctel con una sonrisa y te acomodas en tu butaca olvidando por un rato las preocupaciones del día a día.
Además, como todo club de ciudad cosmopolita que se precie, El Molino combinará música con otros shows, y es que nada marida mejor con un solo de saxo o de guitarra que un buen espectáculo de comedia o con sesiones de DJs que combinan el sonido retro que ofrecen los vinilos con las últimas tendencias de la música electrónica.
La oferta artística se complementa con una abundante carta de cócteles (de lo más clásico a lo más experimental, como la música) así como comida de lo más gourmet: de delicias tradicionales como la coca o las croquetas (siempre con un twist) a delicados entrantes y bocadillos de sabores contundentes. Con esta carta se mantiene el concepto de café-concierto de los inicios de El Molino y la idea de que se trata de un local donde cenar mientras disfrutas del show es parte de la experiencia. Aquí puedes consultar la carta completa de comida y bebida.
Próximos shows de El Molino
Tras un pequeño parón de Año Nuevo, El Molino reinicia su programación regular en enero, abriendo cinco noches por semana, de miércoles a domingo. Ya en su primera semana podremos disfrutar de cuatro conciertos bien variados: Júlio Resende (fado jazz), Orchestra Fireluche (folk), La estrella azul (rock) y Benjamin Lackner Quintet (jazz). Además, el punto cómico lo pondrá la nueva entrega de Hilària Club, llena de referentes de la escena barcelonesa: Adri Romeo, Indicatiu, Nessa Molina, Norbert Palazón y Arnau Garcia.
¿Y las siguientes semanas? Aunque puedes consultar toda la agenda de El Molino en su página web aquí te dejamos con algunos nombres de altura: Bill Frisell Trio, Elíades Ochoa, Marala, Çantamarta, Marco Mezquida y Kiki Morente, entre otros.
Puedes comprar entradas para El Molino para ti o para regalar, y es que la sala ofrece una tarjeta regalo que es un éxito asegurado. Cárgala con el importe deseado y la persona que la reciba podrá gastarlo en el espectáculo o espectáculos de su agrado, ¡imposible fallar! Encontrarás toda la información de la tarjeta regalo en su página web.
Breve historia de El Molino
Ahora que ya conoces el presente de El Molino, ¿qué tal si viajamos al pasado?
Su historia se remonta a 1898. En pleno auge del music-hall, el local abrió como La Pajarera Catalana, aunque como lo más in entonces era París, en 1910 se rebautizó como Petit Moulin Rouge, en homenaje al mítico Moulin Rouge de la ciudad francesa.
Unas décadas más tarde se incluiría el famoso molino con aspas que acompaña su fachada modernista y, tras varios cambios de nombre, su nombre definitivo: El Molino.
Durante las siguientes décadas, El Molino vivió épocas de más y menos éxito, aunque en ningún momento perdió su esencia irreverente y su papel como refugio de la bohemia barcelonesa.
La etapa de El Molino como templo del music-hall dio fin en 1997, con un último show capitaneado por Merche Mar, histórica vedette de la casa y todo un referente en el género de la revista. Tras casi 100 años abierto, el local cerró sus puertas y, tras una reapertura breve de tres años, bajó la persiana en 2013.
Por suerte, los tiempos oscuros han llegado a su fin y la nueva etapa de El Molino parece la definitiva, redefiniendo completamente su look y concepto pero sin perder su esencia.