La mayoría pasan desapercibidas, escondidas a la vista del transeúnte poco curioso. A otras no se les echa la cuenta que merecen, porque tienen un papel secundario en los lugares turísticos que ocupan (son meros trámites). Pero muchas son únicas y especialmente atractivas. Son escaleras. Sí, ¡escaleras!
En Barcelona tenemos muchos tesoros escondido del tema y otros que no lo están tanto. Estas son ocho de ellas:
1. Las escaleras de caracol tienen algo hipnótico. De hecho, la mayoría de escaleras de esta lista son del palo. Esta es del Hotel Astoria, de una simetría perfecta.
2. El Hotel Cotton House de la Gran Via de les Corts Catalanes tampoco se queda atrás. Claro que saben sacarle todo el jugo a su escalera de caracol, porque aquí no sabes si quedarte con ellas o con las lámparas con forma de pelotas de fútbol que parecen caer por su hueco. Puro arte.
3. Parece que la cosa va exclusivamente de hoteles, pero es que como para no sacar los planos cenitales que nos regalan. Este en concreto es del Park Hotel Barcelona de l’Avinguda del Marquès de l’Argentera.
4. El H10 Urquinaona Plaza Hotel utiliza un truquito extra para aumentar la elegancia de sus escaleras (que de serie ya trae una poca): los cristales. No solo sirve para que no perdamos el equilibrio maravillados con las vistas y caigamos al vacío, sino que crea un efecto reflejo bastante estético.
5. Una que no deja indiferente es la escalera del Hotel Ohla Eixample. Su llamativa decoración roja no escapa de las miradas de nadie. El neón es la nueva moda que hace a más de uno perder la cabeza.
6. Dejando un poco de lado las escaleras de caracol (tampoco era plan de monopolizar el artículo), ¿qué nos decís de esta escalera del hall del Avenida Palace Hotel también en la Gran Via de les Corts Catalanes? Señorial como pocas.
7. Las escaleras del Parc Güell tampoco son nada del otro mundo de por sí solas. Aquí lo importante es el contexto que las rodea. Y, por supuesto, el lagarto de Gaudí que la preside.
8. Nuestra última escalera tiene una peculiaridad especial que la hace única: no lleva a ninguna parte. No, sabemos que pensáis que es un poco trampa, pero aunque sea un monumento-escultura en su nombre sigue apareciendo la palabra escalera. La foto subiéndola es todo un clásico en el Monasterio de Montserrat. Es la escalera hacia el cielo de Ramón Llull.
Foto de portada: Gauvin Lapetoule (www.gauvin.pictures)