Las patatas bravas son unos de los platos más amados de nuestra gastronomía. Cada bar que se precie tiene las suyas, su propia receta (las de mayonesa y ketchup no entran en la ecuación). Hacer unas bravas debería ser, a priori, tarea fácil. Una buena salsa picante, unas patatas de calidad, un allioli potente y a correr. Pero en la práctica la cosa cambia.
Cualquier amante de este plato tendrá en mente sus favoritas, también aquel sitio donde no volverá a pedirlas. Nosotros ya hicimos nuestra ruta por las mejores patatas bravas de Barcelona de la mano de Edu de @bravasbarcelona, y hubo unas en particular que nos impactaron por su originalidad. Hablamos de las bravas de Bar Omar (Carrer d’Amigó, 34).
El secreto lo contamos en el vídeo que os dejamos a continuación, pero podría resumirse, en palabras del chef Omar Díaz, responsable de la receta, en un sofrito de tomate, cebolla, chili thai y periquitos -una gamba pequeña- que, combinado con su allioli de azafrán, engaña al cerebro en cada bocado diciéndole que el sabor de lo que estás comiendo se parece mucho al de una paella, aunque lo que tengas delante sea un espectacular plato de bravas.
Bar Omar es una tasca genial de Sant Gervasi, y no solo deberías quedarte con sus bravas, aunque bien merece la pena ir hasta allí únicamente para probarlas. Uno de esos bares de Barna que deberías apuntar en tu lista de favoritos.