El FasTrak es la última propuesta del Seopan y está inspirado en el modelo estadounidense.
Seopan, la patronal de grandes constructoras y concesionarias, dijo ayer que quería implantar un nuevo sistema de peaje a la entrada de Madrid y de Barcelona. Un sistema de carriles premium orientado a reducir la contaminación, cuadrar los tiempos y reducir los atascos.
Este sistema se conoce en Estados Unidos como FasTrak. Y funciona de la siguiente manera: que mi carril está a rebosar y el de al lado vacío. Pues me meto por el del lado, pago lo correspondiente de forma telemática y evito el atasco.
Ahora bien, ¿cuánto sería lo correspondiente? Pues para los vehículos ligeros sería de 1 a 3 céntimos por kilómetro recorrido. Y para los vehículos pesados de 5 a 14 céntimos. Uno puede pensar que es caro, pero, claro, alguien tendría que financiar la instalación del servicio. Todas las obras costarían entre 60 mil y 110 mil millones de euros a pagar en 25 años.
Por cierto, el cobro es electrónico y también sería necesario pagar como 50€ para poner un aparatito que va en la luna del vehículo.
Además de gastar y gastar, también se conseguirían ciertas ventajas nada desdeñables. Las principales y estudiadas son la reducción de emisiones de CO2 hasta en un 15%; y en menor medida la descongestión del tráfico. Cada conductor ganaría, de media, 150 horas anuales.
En este punto cabe cuestionarse la viabilidad del proyecto en base a dos preguntas. Uno, ¿es necesario extender -aún más- el sistema de clases al tráfico? Dos, ¿no tiene más sentido invertir esos 60 mil o 110 mil millones de euros en unas formas de logística más eficientes o plurales o democráticas como el transporte público?