Imagen: Magalí Datzira.
Puede que durante la última semana hayas bajado a la playa y te haya sorprendido ver una gran estructura roja. O puede que simplemente la hayas visto en redes y tampoco hayas entendido nada. Por fin se desvela el misterio: se trata de una gran plataforma que sirve para proteger la costa barcelonesa de los fuertes temporales.
Situada en el Port Olímpic, se trata de una obra de ingeniería con una gran grúa en medio. Encima se sumergirán hasta 2.000 bloques de 25 toneladas cada uno. Una iniciativa que evita que las olas rebasen el dique cuando se registran fuertes tormentas.
El funcionamiento es sencillo: la estructura permite ganar una altura de tres metros a los actuales diques sumergidos, dejándolos a un metro por debajo del nivel del mar para poder romper el oleaje y evitar que sobrepase el dique.
Las obras están a cargo de la empresa municipal Barcelona Serveis Municipals, costarán 10,6 millones y está previsto que duren ocho meses. Han empezado con el dique sumergido en el lado de la playa Nova Icària y acabarán con el dique situado en uno de los extremos de la playa de Somorrostro.
Además de proteger de fuertes temporales, la iniciativa contribuye a preservar la biodiversidad marina del litoral barcelonés. En este sentido, para renaturalizar la zona, en algunas piezas se ha aumentado la rugosidad. De este modo es más fácil que los organismos planctónicos marinos se adhieran. También se colocarán otros bloques con agujeros que servirán de escondite para los peces.