Ni Indiana Jones sería capaz de desenvolverse en un festival de música sin una guía de supervivencia festivalera.
Todo empieza con esta conversación:
-¿De festi?
-¡Vale!
…Y termina con esta otra.
Entre medias, hay un proceso de formación de supervivencia festivalera que hay que superar antes de darle el “sí quiero” a ese cabeza de cartel que no deja de hacerte ojitos. Tanto si eres novato/a como si tu muñeca luce las pulseras de las pasadas ediciones del Iboga Summer Festival, Los Alamos Beach Festival o del A Summer Story, recomendamos la lectura de esta guía para evitar disgustos relacionados con la ausencia de higiene o que te timen con los tokens ¡Empezamos!
A la caza de la oferta
Lo ideal es hacerse con el abono una vez ha terminado el evento pero si te da cosa gastarte casi tres cifras sin saber a quién vas a ver, te recomendamos que eches un vistazo a los descuentos festivaleros que hemos enlazado a lo largo de todo el artículo ¡No tendrás que hacer acrobacias para que te salga bien de precio!
Estudiarse a los grupos
Una vez te haces con la entrada, empóllate tanto los temazos de los cabezas de cartel como de esas bandas menos conocidas que aparecen en pequeñito y que suelen tocar a la hora de la siesta. ¡Nada de ir a un FESTIFESTI sin saberte el 90% de los grupos que van! De nada sirve plantarse en el Medusa Sunbeach Festival si no vas a vibrar con Diplo y Steve Aoki o tararear los estribillos de Vetusta Morla.
El momento bolsa
Sí, BOLSA o si eres más pro, macuto. No seas tan finolis de llevarte maleta porque harás el ridículo. Decidir qué cargar a la espalda es uno de los momentos más decisivos del proceso porque ahí tienes que dar cuenta de todos los conocimientos de supervivencia festivalera adquiridos a base de echar en falta algo concreto en un momento decisivo.
El look
Cada festival tiene su fauna. No es lo mismo convivir con los motivados del techno del Electrosplash que con los indiependientes modernillos del Ojeando. La mejor forma de identificar a cada estrato festivalero es a través de su aspecto y los artistas que aparecen en sus camisetas. Da igual el escenario, el postureo es una actitud que siempre prevalece.
Durante el festival
Hay que pasarlo chachi piruli, no aceptar caramelos de extraños y sobre todo, MENTE ABIERTA, tanto ante la marranada de caminar sobre vasos vacíos de calimocho como de conocer nuevos grupos ¡Ah! Se me olvidaba. Jamás de los jamases te pases un concierto entero grabando con el móvil. No hay nada más molesto que no poder ver al cantante por culpa de una nube de smartphones que te impiden saber qué pasa en el escenario. Casi o más molesto que el motivado de turno que no deja de pisarte y empujarte (A ser posible, tampoco seas ese personaje).
Me meo…
En un festival descubres lo difícil que es suplir tus necesidades fisiológicas bajo unas condiciones mínimas de sanidad. Este momento requiere una preparación física previa que te permita subirte a la taza del váter para apuntar y encestar y hacer sentadillas para no tocar nada. Tápate la nariz y maravíllate con la calidad artística de las esculturas de caca que te rodean.
Después del festi
Toca sacar al community manager que todos llevamos dentro y hacer recopilación de experiencias, videos humillantes y fotazas para dar envidia en las redes sociales. El último paso es crearte tu propia guía festivalera y volver al inicio del artículo para reiniciar el proceso el año que viene.
Estamos juntos y no nos conocemos. Al poco tiempo, cuánto nos queremos. Es lo normal cuando llega un festival y nos reímos de los que no vinieron.