Encontrar al amor de tu vida es casi tan difícil como dar con el piso perfecto pero a veces, los milagros ocurren.
Y si no, que le pregunten a Matt y Anastasia.
Ella es de Moscú y buscaba huir del frío estepario para conocer el placer del sol y la cerveza en una tarde de primavera. Anastasia viene de familia acomodada y no lo estaba pasando bien para encontrar piso, pues había visto en dos semanas más inmundicias que en toda su vida. La conocí una noche de intercambio de idiomas que me contó en su inglés soviético cómo le habían intentado colar una habitación con humedades. Yo estaba en una situación similar, acababa de independizarme y mi nueva vida low cost me estaba enseñando a detectar timos a kilómetros de distancia.
Nos pasamos un buen rato comparando desgracias y teorizando sobre nuestro piso ideal en Barcelona. Ahí es cuando entra Matt, el tercer elemento de la historia. Al oír nuestras desgracias, obviamente exageradas por el exceso de vermut en sangre, nos habló de Inèdit Barcelona, una plataforma de búsqueda de habitaciones para estudiantes en Barcelona, la solución a nuestro problema de techo.
Entre chupitos y copas nos propuso quedar al día siguiente para ayudarnos a usar la web y dar con un buen alojamiento. Ahora sé que fue más por volver a ver a Anastasia que porque fuera complicada de utilizar, ya que encontrar un buen sitio resultó más que sencillo. Solo tienes que filtrar por fechas y zonas y la empresa hace el resto. Inèdit Barcelona ofrece habitaciones en pisos bien ubicados, con supermercados y ocio a dos pasos de distancia y todas las facilidades que una estudiante Erasmus y una recién independizada necesitan para exprimir la ciudad.
Visitamos tres opciones y Matt se convirtió en nuestra sombra con la excusa de que para todo viene bien una tercera opinión. Humor canadiense, imagino. Nos costó tomar una decisión pero finalmente nos decantamos por un piso de paredes blancas y estilo minimalista con la frase Life is better in Barcelona escrita en la pared.
Hicimos una fiesta para inaugurar nuestro nuevo nuevo hogar y fue ahí cuando me di cuenta de que se estaba cocinando algo grande. En un momento de la noche pillé a Matt mirando a Anastasia con ojos brillantes y una ligera sonrisa en la cara que no estaba provocada por los efectos del alcohol. Cómo podía haber estado tan ciega, ahora todo encajaba. Lástima que fuera tan tímido como para lanzarse…Iba a necesitar ayuda.
A partir de esa noche me inventé mil y una excusas para organizar cenas, encuentros e incluso competiciones de Monopoly para que Matt y Anastasia se vieran más a menudo. Era sencillo encontrar gente que se uniera a estos planes ya que teníamos fama de tener la casa más acogedora y mejor decorada de la pandilla (nos atribuimos el mérito para quedar de guays pero en realidad de eso se encargó Inèdit Barcelona). En una de esas reuniones sociales la feliz parejita se quedó a solas a la luz de las velas y no sé si es que el escenario no podía ser más propicio o que tenían mucho que decirse pero, por fin, surgió el amor.
La historia duró lo que duró teniendo en cuenta que ella es de Moscú, él de Ottawa y que lo peor de los Erasmus es que tiene fecha de caducidad. Hay experiencias en la vida que cuando las miras con perspectiva, analizando la secuencia de acontecimientos que las hizo posible, determinas que todo ha ocurrido como debía pasar. Como si estuviera escrito. En el caso de Anastasia y Matt, sé que esta historia no existiría si Inèdit no hubiera aparecido en sus vidas dándoles el espacio perfecto para dejarse llevar.
Porque al fin y al cabo, life is better en Barcelona ¿no?