Tradición y modernidad, de la mano en la casa del MareNostrum 4.
Cuando hablamos de escenarios que parecen de película, muchas veces no nos referimos a una megaconstrucción o a un espacio que derroche una fantasía propia del Señor de los Anillos. Con un pequeño detalle fuera de lugar ya nos parece estar en otro mundo.
Y ese es el truco del encanto del Barcelona Supercomputing Center, una antigua capilla en el campus norte de la Universitat Politècnica de Catalunya llamada Torre de Girona que combina su aspecto arquitectónico medieval con lo que tiene dentro, el MareNostrum 4. Ese es el nombre del supercomputador más potente de España, el cuarto de Europa y el decimosexto del mundo.
El ordenador arrancó el 12 de abril de 2005 de la mano de IBM y fue inaugurado por la entonces ministra de Educación y Sanidad María Jesús San Segundo. Los cables y las carcasas de software se funden en una imagen propia de cualquier concepto retrofuturista en un interior que mantiene intactos sus detalles arquitectónicos, como las vidrieras o las columnas. Todo ello tiene la culpa de que recientemente fuera nombrado el centro de datos más bello del mundo.
En esa votación, el Barcelona Supercomputing Center quedó por delante de otros centros como el retrofuturista de la Amsterdam Data Tower, la mezcla entre naturaleza y arquitectura del LuxConnect DC 2 en Luxemburgo o el refugio nuclear de la Guerra Fría en Estocolmo donde se hospeda el Bahnhof Pionen.
Pero seguro que te estarás preguntando para qué sirve este enorme cacharro. Para que nos entendamos todos, en resumidas cuentas lo que hace es calcular. Calcular mucho. En concreto, el MareNostrum 4 tiene una capacidad de cálculo de 11,1 Petaflops. O lo que es lo mismo, puede hacer 11.100 billones de operaciones por segundo. Y eso son muchos cálculos.
¿Para qué se usan? Entre otras cosas para estudios sobre el genoma humano, las proteínas, el diseño de nuevos medicamentos en búsqueda de la cura para el cáncer o el sida o simulaciones sobre la producción de energías de fusión.
Así que por nosotros encantados que esta mole de metal se quede en su particular casa.
Foto de portada: bsc.es