Las librerías siguen sufriendo las consecuencias de la cuarentena y, en esta ocasión, el nuevo varapalo ha venido en la forma de la cancelación de la Diada de Sant Jordi, un evento capital en la facturación de todas las librerías de Barcelona.
El próximo 23 de abril las calles no se llenarán de gente comprando libros y rosas. Tampoco los autores firmarán libros. No obstante, las librerías que consigan sobrevivir después de esta crisis podrán celebrar Sant Jordi fuera de fecha.
La Cámara del Libro de Catalunya, una agrupación que reúne a libreros, editores, distribuidores y artes gráficas, ha acordado que las paradas llenas de libros de cada 23 de abril podrán verse en las calles de Barcelona antes de las vacaciones de verano.
«Tenemos que hacer una gran fiesta, salir a la calle, todo igual pero otro día», ha dicho Maria Carme Ferrer, presidenta del Gremio de Libreros. Serán los libreros, a juicio de Ferrer, quienes deberán acordar la nueva fecha, y ha reclamado una ayuda por parte de las administraciones «para poder salir adelante, porque somos el eslabón más débil de la cadena del libro y la mayoría tenemos alquileres, facturas para pagar diarias, personal y algunos somos autónomos».