Lo bueno sí grande, dos veces bueno. ¿O no era así? Poco importa la composición de este refrán a la hora de hablar de La Kaña. Porque Dios no siempre ayuda al que madruga y tampoco es garantía de seguridad prevenir.
La Kaña, entonces (y ahora entramos en detalle), sería la excepción a la norma. ¿A qué norma? A la que dice que las cosas buenas se sirven en frascos pequeños. Aquí lo único que se puede servir en un frasco pequeño es la sal. Porque en La Kaña incluso la mesa se queda pequeña para dar cabida al plato en cuestión.
El bikini más grande mide medio metro.
Lo mejor de La Kaña, quizás, es que toda la comida de aquí es casera. O lo que es lo mismo: no se sirve comida prefabricada. Y es lógico: quién iba a prefabricar una hamburguesa de 17 quilogramos. Porque, así es, la hamburguesa más grande de La Kaña –la más grande de Cataluña– pesa 17 quilogramos. 17 quilogramos: una auténtica barbaridad.
Lógicamente estos platos de semejante tamaño no están concebidos para el consumo individual. La hamburguesa que pesa entre 5 y 6 kg está pensada para grupos de 8 a 12 personas –hagan cálculos con la de 17 quilogramos–.
No obstante, si vas en pareja o, por lo que sea, no tienes la intención de comerte una hamburguesa del peso de un galgo afgano, siempre puedes pedir la hamburguesa de 350g. O la de medio quilo. O la de un quilo.