Las iniciativas para afrontar la nueva normalidad se siguen sucediendo. Desde un robot que sirve cerveza hasta mamparas en la playa o los restaurantes. La última de esta iniciativas ha surgido en una cafetería de Schwerin, Alemania, donde ya se ha permitido a los bares abrir sus terrazas.
Sus dueños han ideado un sistema para garantizar la distancia de seguridad entre sus clientes basado en el uso de los churros de gomaespuma que se usan en las piscinas y playas para facilitar la flotación.
Esto churros se colocan en unos sombreros que simulan las aspas de un helicóptero y que alertan del contacto físico con alguien de alrededor, garantizando así que se mantienen las distancias para evita el contagio.
El uso de este estrambótico sombrero es obligatorio para consumir en el local y les está granjeando una notoriedad mediática mayor de la esperada.