Aunque este año las fiestas de Gràcia no han brillado como debieran por cuestiones obvias, los vecinos del barrio saben que lo mejor es seguir adelante y cerrar estos doscientos años de festividad de la mejor forma posible. Y eso en Gràcia pasa por premiar a la calle mejor decorada. Este año el jurado ha decidido que ese honor se lo lleve la Travessia de Sant Antoni, cuya comisión optó esta vez por reproducir un ambiente de pueblo pirenaico en la calle.
A la decoración no le falta de nada, y es que como suele ser normal en esta competición, la calle estaba súper currada y al pequeño pueblecito de montaña que habían montado en mitad de Barcelona no le faltaba de nada. Desde sus paredes de piedra y pizarra, telesillas para esquiar en la nieve, ermitas de montaña y, como no podía ser de otra forma, nieve. Mucha nieve.
El segundo premio ha ido a parar al Carrer de Joan Blanques, cuya decoración en esta edición ha tomado un tinte futurista y ecologista, con la mira puesta en cómo puede ser una calle del futuro con el verde como protagonista. Y no ha quedado nada mal, la verdad.
El podio lo completa el Carrer de Jesús, que en el año de su estreno han ofrecido todo un proceso de metamorfosis en un jardín, pasando desde la oruga hasta la mariposa en una representación muy original.
Las fiestas no se han querido olvidar de las víctimas del atentado de la pasada semana, y se ha rendido un respetuoso minuto de silencio. Además, 15 niños y niñas han soltado 15 globos blancos en un bonito homenaje, respaldado por un mensaje de rechazo leído por los concejales del distrito, Eloi Badia y Gerard Ardanuy.
Foto de portada: Facebook de Travessierus de Sant Antoni – Festa Major de Gràcia