Las cabinas telefónicas son ya parte de la historia de un paisaje urbano que cambia cada día. En Barcelona todavía pueden verse en algunas calles teléfonos públicos, la mayoría de los cuales ni siquiera funcionan, pero cabinas como tal solo quedaba una, ubicada en el barrio de Sant Genís dels Agudells.
La cabina, icono de tiempos pretéritos, será hoy reubicada no muy lejos de donde se encuentra ahora. También se le dará una nueva función pública. De la calle del Lledoner, donde se encontraba hasta hoy, se trasladará a un depósito municipal donde se acondicionará y rehabilitará para posteriormente ser trasladada a la plaza de Meguidó, no muy lejos de su ubicación actual. Allí, una vez reinstalada, la cabina se convertirá en un punto de intercambio de libros.
En un mundo dominado por la tecnología móvil, donde a los teléfonos se les llama inteligentes y sus usuarios son los autómatas del scroll, los vecinos del barrio decidieron por votación el futuro que tendría este trasto casi prehistórico que los más jóvenes conocen solo por el cine, los cómics en el mejor de los casos.
Entre el total de 93 propuestas, se impuso la literatura frente a otras alternativas que solicitaban convertirla en un punto de conexión wifi o una línea directa al Teléfono del Civismo.