El otoño en Barcelona es un sindiós.
Decir o pensar algo, pero hacer lo opuesto. Comer pan integral y desayunar comida ecológica, pero pimplarse una hamburguesa del McDonald’s para almorzar. Necesitar experiencia para conseguir un trabajo, pero necesitar un trabajo para conseguir experiencia. Ser un caos en tu casa, pero el más ordenado del trabajo. Contradicciones. Todos tenemos. Y Barcelona no es menos.
Estas son algunas que puedes encontrar este otoño:
– Tomar castañas con la camiseta de manga corta puesta y las gafas de sol en la cabeza. Al cambio climático no le importan las tradiciones. Para nada. (Este año, parece que con la ola de frío nos vamos a librar de disfrutar las castañadas en manga corta… y menos mal). Pero vamos, esto no es nuevo. ¿Nunca te pasa que tienes calor con la sudadera puesta, pero frío cuando te la quitas por estas fechas? ¿Dónde está el límite? ¿DÓNDE?
– Estar comprando caganers para el belén de Navidad antes de comprar los esqueletos y las calabazas de plástico para Halloween. Todo un clásico.
– Darte un baño en la playa antes de que el agua se convierta en el Mar del Norte. Eso sí, no esperes mucha compañía. Que estamos locos, pero no tanto.
– Imagináis que en invierno hubiera un «Summer Festival». Pues algo así nos pasa en otoño, fecha en la que se celebra en Barcelona el «Primavera Club». El nombre lo coge de su primo mayor, el «Primavera Sound», porque «Autumn Club» tampoco sonaba a exitazo.