La combinación más perfecta de pizzas se da cita en El Raval.
Con el nombre de Frankie Gallo Cha Cha Cha una pizzería nunca puede ser aburrida. O al menos no debería. Por suerte este local en el número 15 del Carrer del Marquès de Barberà no es una excepción y da lo que su nombre promete: un buen rato y unas pizzas cojonudas.
Detrás de este proyecto se encuentran Stefano y Max Colombo, los gemelos venecianos que ya probaron suerte (y con éxito) con el Xemei de Passeig de l’Exposició o Can Pizza en el Carrer d’Enric Morera de El Prat. Tras probar suerte en el mundo de la pizza con este último más enfocado en el público familiar (curioso, porque inicialmente iba a ser un chiringuito) los hermanos italianos tenían claro una cosa: El Frankie Gallo Cha Cha Cha iba a ser un rollo totalmente diferente.
Para ello se instalaron en un gran almacén y crearon un espacio amplio (mucho) y abierto con altillo, patio y dos grandes fogones encargados de ayudar al cocinero a darle ese toque mágico a la pizza. Una pizza que está en un punto perfecto gracias a su masa de harina ecológica molida con piedra o ese bolde alto lleno de alvéolos. Una delicatessen que, para colmo del que ya esté salivando por los suelos, no tiene precios solo aptos para millonarios.
Las pizzas, unas más clásicas, otras más experimentales, todas buenísimas, se combinan con los sabrosos entrantes que ofrecen (ojo a su porchetta) y con el buen rollo y ambiente que reina en el local para reforzar un concepto de pizzería único. Y por ello el nombre del lugar no podía ser de otra forma. Dale una oportunidad al Frankie Gallo Cha Cha Cha.