Encontrar nidos de tortugas en la costa peninsular del Mediterráneo no es algo tan extraordinario. De hecho, las hembras de tortuga boba (Caretta caretta) incluso acostumbran a nidificar en playas de zonas relativamente pobladas y urbanizadas de toda la costa catalana, en ocasiones incluso en playas que podríamos calificar de masificadas.
Pero el caso más llamativo se produjo en Barcelona hace unos días cuando una hembra de tortuga boba hacía su nido en la Playa de la Mar Bella, posiblemente una de las playas más concurridas de todo el litoral catalán.
Dados los pocos remilgos de estos animales para anidar en playas relativamente transitadas, quizá el argumento de los meses de confinamiento y la tranquilidad que este trajo al ecosistema catalán no sea argumento suficiente para explicar el fenómeno.
Este caso de Mar Bella se produjo el pasado 14 de julio, y esa misma se detectaban otros dos casos en Vila-seca y otro un día antes en Eivissa. La primera detección en Mar Bella dio lugar a un proceso de rastreo por la playa que localizó un nido con 77 huevos, de los que 17 fueron trasladados a la Fundación CRAM para ser incubados artificialmente.
La fundación ha delimitado el nido con una valla a fin de proteger los huevos y garantizar que eclosionan de manera segura. El nido se vigilará ininterrumpidamente en un trabajo conjunto con el Ayuntamiento de Barcelona a fin de garantizar que las tortugas llegan al mar de forma segura.