A partir del próximo mayo no solo tendremos que pagar por aparcar en Barcelona, sino que si nuestro coche es de una gama especialmente contaminante, habrá que sacar más dinero de la billetera.
De ello se encargarán parquímetros inteligentes que reconocerán el impacto en el medio ambiente de cada coche y que aplicarán distintas tarifas para cada caso.
Estos parquímetros, que costarán cerca de 18 millones de euros, estarán conectados a la base de datos de la Dirección General de Tráfico. Esta es una de las medidas que el ayuntamiento va a tomar para reducir la contaminación en Barcelona causada por vehículos particulares, que culminará en 2020 con un posible veto de circulación a los coches más contaminantes.