Así lo anunció ayer Mercedes Vidal, concejala de Movilidad del Ajuntament de Barcelona. La medida, que no es definitiva y está pendiente de diversos acuerdos por parte del Ayuntamiento, intentaría impulsar el uso de la tarjeta Hola BCN! por parte de las visitas turísticas, la contribución de los turistas de paso con una tasa de impuestos o que los locales sean los más beneficiados por el uso de las subvenciones dedicadas al transporte público.
Para ello se ha previsto que los turistas paguen más del doble por una T-10 o que los automóviles con visitantes que no pernocten en Barcelona paguen una pequeña tasa de circulación, como ya hacen por ejemplo los cruceros con estancias cortas en la ciudad.
Estas medidas se encuentran dentro del marco de la T-Mobilitat, cuya implantación está prevista para finales de 2018 y que sustituirá a todos los títulos de transporte público. Con esta tarjeta se podrá distinguir entre un comprador local y un turista, de forma que se harían efectivas las distintas tasas.
De esta forma, los locales pagarían por el uso del servicio el 46% (que se completa con el 54% de financiación pública) mientras que los turistas pagarían el importe íntegro del mismo. Por ejemplo, la equivalencia a un billete sencillo actual cuando se implante esta nueva tarjeta sería para un turista de 2,16 euros, muy cerca del precio que cuesta hoy en día.
En el caso de la tasa a los automóviles que quieran circular por Barcelona y cuyos ocupantes no pasen la noche en la ciudad condal, el importe se aplicará a los turoperadores que contratan los autocares, ante la imposibilidad de hacerlo individualmente.
Fuente de Información: El Periódico