Dicen que nunca serás tan feliz como lo fuiste cuando eras niño. Las obligaciones crecen con los años, y con ellas, las preocupaciones. Cada año parece un punto de no retorno más en la dirección contraria a aquellos años en los que solo tenías que pensar qué hacer para no aburrirte.
Pero no te preocupes, que todo esto tiene fácil solución en nuestra ciudad. El Parque de atracciones Tibidabo es un parque de récords. No solo es un lugar centenario (concretamente, de 117 años de trayectoria) y uno de los más antiguos del mundo, sino que además está emplazado en el Parque Natural de Collserola, uno de los parajes naturales metropolitanos más importantes a nivel mundial.
Cualquiera que haya crecido en Barcelona tiene un hueco en su memoria para este lugar mágico. Es imposible no vincular a esos recuerdos borrosos la sensación de montarse en L’Embruixabruixes y ver cómo toda la ciudad se extiende a tus pies hacia el mar. Esta experiencia es un ejemplo de lo que representa el parque: tradición e innovación. Fue la primera gran atracción del parque, inaugurada en 1915 y bautizada como «Ferrocarril aéreo», y en 2016 se renovó incorporando hologramas, entornos virtuales, mapeo, ledes y retroproyecciones.
O El Miraespejos, que para muchos fue la primera toma de contacto con una realidad paralela, con un mundo de ficción que estaba más cerca de lo que pensábamos y del que nosotros mismos formábamos parte. Todavía hoy, esta atracción sigue siendo uno de los protagonistas del parque y uno de los pasajes más directos a aquel mundo de ilusión que aún sigue allí, donde lo dejaste la última vez.
Así que deja de hacerte de rogar y vuelve a vivir en primera persona el parque de la felicidad.