7 líneas circulares surcando en anillas el suelo de Barcelona. Ese fue el sueño que un ingeniero suizo estuvo a punto de transmitirle al Ayuntamiento de Barcelona hace 100 años.
Es la historia desconocida de Adolf Weber y el Metropolità Circular, una innovadora propuesta de metro formado por líneas circulares que hace más de un siglo llegaba a barrios a los que todavía, hoy en día, no llega el subterráneo.
Ahora, gracias a la donación de Gioia Weber, nieta del ingeniero, ha hecho all Archivo Histórico de Barcelona, podemos saber más sobre un proyecto de metro que hubiera cambiado radicalmente el aspecto subterráneo de la ciudad.
143 paradas y 90 kilómetros de línea
En 1924, el ingeniero suizo Adolf Weber presentó al Ayuntamiento de Barcelona un proyecto para construir una red de metro circular que conectaría gran parte de los barrios de la ciudad. En 1927 presentaría una segunda versión, aún más detallada.
El proyecto del «Metropolità Urbà» contemplaba la construcción de 7 líneas , de las cuales 5 eran circulares, todas, eso sí, interconectadas, con más de 90 kilómetros de recorrido y 143 estaciones haciendo parada en todos los actuales distritos y barrios excepto Nou Barris.
Este metro llegaba a zonas como Horta, Pedralbes o, Sant Andreu e incluso a Can Tunis o Sarrià, alcanzando así zonas que a día de hoy no tienen metro todavía (por ejemplo, el Rompeolas y las otras tres paradas de la Barceloneta) o paradas que no lo han tenido hasta recientemente.
Además, incluía cómo iban a cavarse los túneles (3,7 metros de diámetro) e incluso las diferentes zonas y tarifas (desde 15 céntimos por trayecto) o el diseño de los vagones con asientos de segunda y tercera clase.
Un metro anulado por causas desconocidas
El Metropolità Circular, se presentó al ayuntamiento hasta en dos ocasiones, pero ambas lo rechazaron por motivos desconocidos, a pesar de que existen actas notariales que demuestran que el proyecto no era un dibujo de colores en el mapa de Barcelona.
Weber llegó a montar una empresa con socios españoles con los que buscó financiación en Nueva York y tenían un contrato pendiente con una constructora estadounidense.
Con los ojos actuales, el plano tiene algunos aciertos (la abundancia de paradas en zonas donde todavía no hay a día de hoy) o la conexión con barrios que ha tardado años en estar conectados al centro, pero también algunos defectos. Las paradas estaban muy cerca entre sí y el plan era, quizás, muy ambicioso y caro en un momento en que las líneas de Metro las hacían compañías privadas para su explotación y lucro sin especial vocación de servicio público.
Además hay una obviedad, un metro circular es por definición un sistema cerrado, y uno unidireccional puede alargarse hasta el infinito.
Además, al parecer, existió cierta polémica ya que se consideró que este metro podía entrar en competencia y suponer demasiada oferta unida a las redes de tranvía y autobuses que ya existían en la ciudad. Lo único evidente es que el proyecto no llegó a concretarse
Mapas abiertos al público
Gracias a la donación de Gioia Weber, nieta del ingeniero, el Archivo Histórico de Barcelona está catalogando y digitalizando toda esta documentación. Pronto estará disponible para consulta pública, permitiéndonos imaginar cómo habría sido Barcelona con esta visionaria red de metro circular.